Deber cumplido
Me veis llegar con el gesto sombrío,
las manos rojas, la sangre
aún resbala por mis dedos, gotea
y mancha el suelo, indica la senda
desde vuestras miradas de asco
a la carnicería de la que provengo.
Si, lo admito sin pudor ninguno,
he empuñado el más afilado acero,
abierto profundos tajos en carne humana,
he visto visceras, incluso huesos,
y lo he he hecho con orgullo,
muy a pesar de vuestras muecas.
Vuestro desdén y desprecio, vuestras opiniones
todas me importan una soberana mierda.
Yo he cumplido con mi deber.
Su corazón late...
Que para algo soy médico.
11-4-2010
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