Límite
Aquella ventana, mi límite,
allá a mi alma requerían tributo,
el legítimo pago por paso de aduana.
Tímidamente me asomaba,
contemplaba el cielo plomizo, muerto,
la calle, vacía, muerta,
cubierta de inerte asfalto
y, de regalo, un fondo
de árboles sin hojas, muertos.
Retrocedía con la cartera intacta.
Era un precio excesivo por solo muerte...
mas al rato regresaba a aquella ventana,
única ventana, última frontera,
replanteándome el valor de la vida.
2-4-2010
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