Con frecuencia olvidamos que los convencionalismos pueden ser tan enfermizos como las excentricidades. Ni que decir tiene que no existe una definición absoluta de la locura de no tener en cuenta esa que todos suscribiríamos y que consiste en cualquier conducta excéntrica de otro. Sería, desde luego, una exageración afirmar que todos estamos locos, aunque del mismo modo que no sería posible decir que exista nadie completamente cuerdo. Si alguna vez viniera al mundo un hombre del todo cuerdo, sin lugar a dudas acabaríamos encerrándolo.
Extraído de Lectura y locura, pág. 9, artículo Lectura y locura, 2008, Ediciones Espuela de Plata.
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