De improviso en un recital
De unos labios sellados,
de una llama a solas,
yo alzo de improvisto este canto,
desgarrando el tiempo despiadado,
desterrando el acero agónico
de estas calurosas horas baldías.
Detente... en este suspiro ¡a gritos!
revoltoso invasor de este íntimo
momento en el que somos
ciudadanos, hermanos, ¡poetas!
revueltamente reunidos retando
a todo miedo, prejuicio o vergüenza
(¿pero qué más da, realmente?)
acercándonos los corazones
en cada latido, en cada golpe
de voz, en cada susurro...
¡Que bien me saben los versos
(y los tercios) compartidos
ante tan grata compañía!
9-7-2009
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