Comentaba Saray en el programa de radio que hicimos en marzo que cada poeta tiene sus fetiches. Seguramente, tras leer el siguiente poema, descubras cual es el mío:
Flamígero deseo
Si anhelas
el cálido sabor de un beso
acércate a esta hoguera,
al fuego contenido en mis labios.
Ardamos, mi ángel,
consumámonos
en un infierno de pasión.
Tu piel, a mi tacto
ardiente brillará, fulgor
reflejo de la llamarada,
incendio en tu corazón.
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