Ocurrió en el gimnasio, en clase de ciclo, de spinning o como se la quiera llamar. Me aburría, calentábamos, no sabía a donde mirar. Mi mirada recorría la estancia recorriendo hasta el más mínimo detalle, una ventana, una luz negra, una bola de discoteca, un espejo, el monitor ajustando su sillín, una ciclo vacía, una camiseta ajustada... Al mirar a la derecha mi mirada se topó con la de otra persona, y la seriedad pintada en su rostro me hizo volver la vista al frente. Mas, de repente, que vergüenza de haber apartado la mirada asustado como un niño o como un perro apaleado y que extrañeza de sentir que ya había visto esa mirada antes. Medio enfadado conmigo mismo volví a mirar a la derecha, para toparme con mi reflejo en un espejo mural, mirándome medio enfadado. Le dirigí mi mirada de reproche, por haberme asustado, y él me devolvió la suya, por no haberle reconocido.
-¿Pero cómo iba reconocerte? ¡Mírate! Eres una veintena de kilos menos, un cuerpazo en proceso, unos pelos a lo melena de león o a lo fuego desbocado que una vez tuvieron incluso nombre propio, una voluntad reflejada en cada pedalada, una mirada penetrante capaz tanto de ternura como de desdén, una seguridad desconocida, una resiliencia... ¿Cómo iba a reconocerte? Puedes parecerte a mí, lo reconozco, tienes un aire... sobre todo en el blanco de los ojos... No, no te reconozco. No puedo reconocerte. Nunca antes te había visto. Eres un extraño con mi mismo nombre, pero no mi mismo rostro, mi mismo cuerpo, mi misma mente, ni mi mismo espíritu.
-¿No sabes quién soy?. Tan solo un reflejo en un espejo mural. No hay un yo, nunca existió, solo hay un tú, el que ves, el que sientes en cada pedalada, esforzándose, cavilando, aún dudando, aún vacilante, aún a medio camino. Pero te toparás con más espejos y borrarás la sorpresa, la incredulidad y el reproche de tu mirada, y sonreirás... Disfrutaré del camino.
1 comentario:
del aguilucho no tenemos, y de españa si, pero tamaño sábana... creo que no te sirve...
y al ritmo que voy conmigo no se va a poder ligar hasta que se celebren unas olimpiadas en sevilla, del sueño que arrastro...
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