Pesadilla
Se entrecorta el hálito,
olvida su palpitar rítmico
este aterrorizado corazón.
Ante mí, guadaña en mano,
una figura negra cual noche
profiere mi nombre y blasfemias
desde lo alto de su corcel.
De repente calla, alza el arma,
reina breve el atroz silencio
y el terror se desboca.
Ante su pavoroso envite
chillaré tu nombre,
esperanzado...
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