Ayer (20/21-12-2008) fue mi primera intervención en un recital poético. El primer poema que leí está ya colgado en el cuaderno poético. Los dos con los que cerré a última hora mi intervención ya están en este blog, A Medias y El que un día fue tiniebla. Se quedaron en el tintero otros muchos, ya que no tenía ni idea de la programación hasta apenas 20 minutos antes de empezar a recitar, y me llevé preparados bastantes por si las moscas. De todos ellos voy a dejaros con uno que hasta el último segundo no supe si recitar o no.
Des(enmas)carado
Nunca tuve una máscara de plástico,
como todo niño, de vivos colores,
tras la que resonaran mis risas.
No, las mías fueron de sangre y carne,
de trozos arrancados del propio rostro,
de pesadillas en la vigilia
y mudos sollozos en la almohada.
Sádica y temible la primera,
mitológica y de fauces abiertas,
oscuramente manchada la segunda,
con un impronunciable nombre inglés.
A ambas les consentí poseerme...
Hoy yacen hechas mil pedazos,
rotas con la misma compasión
que me mostraron. No las necesito.
Ya no necesito seguir sufriendo.
Soy... libre.
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